Mi camino único
Comparto con vosotros mi recorrido personal, desde la híper-racionalidad hasta la confianza en lo invisible, y cómo herramientas como la Matriz del Destino pueden actuar como faros en la oscuridad, sin sustituir jamás nuestro sagrado libre albedrío.
CRECIMIENTO ESPIRITUALES
Cristina Sampieri Resonance Foundation
12/2/20253 min leer


Mi camino único
“Existe en el mundo un camino, un único camino que nadie más puede recorrer salvo tú: ¿a dónde conduce? No te lo preguntes, camina.” — Nietzsche
¿Alguna vez te ha sucedido vivir momentos en los que te das cuenta de que seguir cumpliendo con las expectativas de los demás ya no funciona? Ocurre lentamente, casi sin que te percates: sientes una sensación de vacío incluso cuando todo "afuera" parece estar en orden; notas que las elecciones que haces ya no te nutren de energía y que las decisiones tomadas para complacer a alguien te dejan un peso interno y un sabor amargo en la boca.
Es como sentarse en el escritorio cada día y sentirse fuera de lugar, aunque todo parezca "correcto" a los ojos de los demás. Todo lo que haces te pesa, cada pequeña elección parece forzada. Hasta que un buen día, te detienes, respiras profundo y te preguntas: ¿esta vida es mía o solo estoy siguiendo las expectativas ajenas?
A mí me sucedió exactamente así. Lo que antes parecía simple y natural comenzó a quedarme estrecho, ya no me motivaba, y comprendí que era el momento de probar algo diferente, sin saber aún a dónde me llevaría.
Al principio, esto trae mucha confusión, casi vértigo. Obviamente, desde el ser humano muy racional y lógico que era, buscaba certezas, respuestas, un plan claro, un camino trazado y aprobado. Luego entendí que el camino personal no funciona así. No se trata de llegar a algún lugar, sino de aprender con paciencia a confiar en los propios pasos, escuchar lo que sientes dentro y hacer espacio a lo que realmente importa, dejando caer el resto; todo aquello que era solo un contorno sin importancia pero que se había convertido en una carga enorme con los años.
Aprendí que caminar significa plantearse preguntas sinceras y, sobre todo, incómodas. ¿Cuánto de las elecciones que hacemos son realmente nuestras? ¿Cuánto nos apasiona de verdad todo lo que hacemos? ¿Cuánto está dictado por lo que los otros esperan? Cada paso, aunque incierto, me permitió descubrir algo nuevo: mis miedos, mis deseos, mi autenticidad. A mí misma.
En este recorrido largo y tempestuoso, encontré herramientas y guías que hicieron más claro el sentido de ciertas experiencias. Una de estas herramientas para mí fue la Matriz del Destino (de Svetlana). Atención: nada es fácil, y ni siquiera esta herramienta es un oráculo que ofrece respuestas rígidas o predicciones. Muestra esquemas y posibilidades que antes se me habían escapado, iluminando aspectos de mí que nunca había considerado. Mirando la vida desde esta perspectiva, muchas cosas comenzaron a tener sentido, incluso las dificultades más grandes. Sin embargo, sigue siendo solo una herramienta: no sustituye nuestro libre albedrío ni decide por nosotros. Pero lo que realmente cuenta es que, en mi camino, sigo siendo yo quien decide cómo moverme y hacia dónde ir.
Hoy camino sabiendo que mi camino es único. Nadie más puede recorrerlo en mi lugar, ni puede decirme cómo hacerlo. Honestamente, no conozco la meta y, a decir verdad, no creo que ese sea el punto. Lo que cuenta es el paso fiel a mí misma que doy, la voz que escucho dentro de mí, la confianza que pongo en cada decisión.
Y a menudo, en mi caminar, me hago esta pregunta provocadora: ¿cuánto de mi camino estoy viviendo realmente? ¿Cuántas elecciones son mías y cuántas están influenciadas por los demás?
He aprendido a confiar en mi paso, a escuchar la voz de mi alma que, desde siempre, me susurra: “No te preguntes a dónde conduce. Camina.”
Querido lector, ¿alguna vez te has hecho esta pregunta? Y si dejaras de seguir las reglas de los otros, ¿a dónde te llevaría tu vida?
Presidenta y cofundadora de la Fundación Resonance
Promueve la visión y el desarrollo de programas dedicados a la evolución consciente y sostenible del ser humano, la sociedad y el planeta.






